Lucio Fontana fue uno de los grandes artistas plásticos del siglo XX. Este pintor, ceramista y escultor ítalo-argentino fundó en 1946 el movimiento conocido como Espacialismo.
El Espacialismo combina ideas del Dadá y el Arte Concreto, y casualmente se origina en la misma época que el Expresionismo Abstracto Neoyorquino.
Con este movimiento, Fontana buscaba crear arte para la nueva era, que mostrara el auténtico espacio del mundo. Para ello, Lucio intentaba captar el movimiento y el tiempo en sus obras como sus principios esenciales. No pintaba ni coloreaba las telas, sino que al construir sobre ellas, daba lugar a la tridimensionalidad en cada pieza.
Lucio buscaba explorar los límites espaciales de aquello que se ve y aquello que no se ve en cada una de sus expresiones.
En su manifiesto Blanco sostiene:
La materia, el color y el sonido en movimiento son los fenómenos cuyo desarrollo simultáneo integra el nuevo arte.
La obra de Fontana inspiró a muchos artistas plásticos a continuar su camino de exploración y experimentación.
Pero también inspiró a talentos de ámbitos completamente distintos a la plástica.
Michel Troisgros es un reconocido chef francés proveniente de una tradicional familia de la alta cocina francesa: los Troisgros.
Si bien este chef Michelin logró trascender con méritos propios la herencia familiar de sus abuelos en la cocina, su camino no fue tan lineal como podría suponerse.
Al terminar sus estudios de hotelería Michel y su futura esposa Marie-Pierre, decidieron salir a viajar por el mundo para conocer y estudiar a los grandes chefs de Europa.
Su trabajo ya estaba asegurado, pero el desafío que tenía por delante era demasiado grande para un aprendiz. Mantener una cocina con estrellas Michelin iba a requerir de grandes ideas y fuentes de inspiración.
Es en su primer viaje a Italia donde descubre el arte del protagonista de la edición de hoy: Lucio Fontana.
El arte de Lucio fue un flechazo de inspiración en el corazón de Michel.
A su regreso, meditó mucho en cómo poder ejecutar su estilo de contraste y textura de colores en… sí. Exacto. En un plato de comida.
Probó incansablemente hasta llegar a 2 ingredientes: leche y trufas. Ya de por sí, hacer un plato con sólo 2 ingredientes es muy difícil. Combinar la liquidez y suavidad de la leche, con lo térreo y poderoso de las trufas, mucho más.
Michel buscaba combinar dos elementos que de por sí pueden no ser compatibles, para generar un postre completamente nuevo y único.
Luego de varias pruebas, llegó a un resultado fascinante. El postre de Leche y Trufas Negras:
El plato consiste en cubrir con una fina capa de leche solidificada un corazón de trufas. Luego, al servirse en mesa, el chef hace el corte sobre el postre, descubriendo el color negro de la trufa.
En el instante en que corté con el cuchillo, el contraste del blanco de la leche y el negro de la trufa, me recordó el trabajo de Fontana.
¿Lo ven? Llevar la creatividad a cualquier disciplina, arte, oficio o trabajo no es una utopía. Sino algo que se busca día a día.
Ser creativo es un mindset.
Michel implementó su pensamiento creativo de la forma más sencilla de todas: asoció elementos que en un principio parecían no tener relación (comida y arte abstracto) para crear algo nuevo y distinto.
Y también nos mostró a todos que si una idea es muy buena, la podemos aplicar con éxito en otros contextos.
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Emma