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Bradford Cox, miembro de la banda Deerhunter, cuenta que cuando era joven no existía internet así que tenía que esperar al lanzamiento oficial para escuchar el nuevo disco de sus bandas favoritas.
Para calmar la ansiedad, tenía un juego: se sentaba y grababa una versión falsa del disco. La suya, la que verdaderamente quería escuchar. Luego, cuando el álbum salía, comparaba las canciones que él había escrito con las reales. Casi nunca se parecían con las del disco. Pero lo importante es otra cosa. Es que eventualmente muchas de esas canciones “ficticias” luego formaron parte de la discografía de Deerhunter.
Cuando amamos una pieza de arte, queremos más desesperadamente: escuchamos un single, queremos el álbum completo; terminamos una temporada, queremos la que sigue; ¿secuelas? ¡dame dos!; todos los que leímos Game of Thrones estamos desesperado porque G.R.R. termine de escribir. ¿Porqué no canalizar ese deseo en algo productivo?
Piensa en tu obra de arte favorita y tus héroes creativos. ¿Qué les falta? ¿Hay algo que no lograron?¿Qué podrían mejorar? Si siguieran vivos, ¿qué estarían haciendo ahora? Si se reunieran todos tus creadores favoritos y colaboraran, ¿qué obra crearían contigo a la cabeza del equipo?
Ve y haz justo eso.
👉 Dibuja el arte que quieres ver, empieza el negocio que quieres administrar, toca la música que quieres oír, escribe los libros que quieres leer, crea los productos que quieres usar. Haz el trabajo que quieres que se haga.
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Quiero retomar un concepto que vimos hace poco, compartir nuestras ideas con los demás. Cada persona que conoces tiene la capacidad de tener ideas increíbles. Ideas que de ninguna forma podrías haber pensado. Eso es justamente porque las experiencias de cada una de estas personas es completamente distinta a la tuya. ¿Recuerdan el valor de Seenapse?
Y quiero compartirles un observación muy particular que he recolectado durante todo este tiempo en el cual me dedico a la creatividad: a la gente le encanta que les cuentes tus ideas. Porque al hacerlo les abres la puerta a una parte muy personal e íntima. Tu visión de cómo puede ser algo, de qué te gustaría resolver o simplemente saber qué piensas en un determinado momento. Lo mejor de todo, es que siempre estarán dispuestos a ayudarte con tus ideas.
Esta semana, haz ese ejercicio. Cuéntale a tus más cercanos tus ideas, y hazlo con un simple pregunta: si fueras yo, ¿qué harías?
Hace 1500 años un monje en Tíbet dijo que compartir conocimiento es vital para alcanzar el nirvana
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En el jardín frontal de una casa, hay cuatro ramas, una zanahoria y un gorro tirados en el césped. Nadie los tiró ahí. Sin embargo hay una razón perfectamente lógica para que se encuentren en ese lugar. ¿Cuál es?
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¡Nos vemos en el próximo newsletter! 🤘😛🤘
Emma