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Lo and Behold: “He aquí”, expresión utilizada para presentar la aparición inesperada de alguien.
O tres palabras que tienen un significado mucho más poderoso para todas las personas. Especialmente vos, que estás leyendo esto en algún dispositivo conectado a Internet.
El 29 de Octubre de 1969 a las 22:30, se conectaron por primera vez dos computadoras a más de 460 kilómetros de distancia para dar inicio a internet. ¿Adivinan cuál fue el primer mensaje que se transmitió en la historia de internet?
Lo. Como en Lo and Behold.
“He aquí” dio inició a la internet.
Pueden ver los pormenores de esta historia en el documental “Lo and Behold” de Werner Herzog en este link (son los primeros cuatro minutos y medio, pero les recomiendo todo el documental).
En esta nueva sección de Creative Workout vamos a hablar de gente increíblemente creativa que le dio un twist al mundo de la ideas, la creatividad y la innovación.
Comenzaremos con Ai Weiwei porque fue quien inspiró esta sección de Creative Workout.
Todo comenzó cuando me encontré con esta frase de Ai:
Un acto pequeño vale más que un millón de pensamientos.
Ai Weiwei
Hace varias ediciones que hablamos de llevar nuestras ideas a la acción: que no queden en una hoja de papel, que las compartamos con nuestra gente de confianza, que diseñemos la forma más sencilla de implementar y probarla con el mundo, evitar la procrastinación y montones de otras cosas más.
Pero esta frase me llevó a profundizar un poco más de dónde venía y qué había detrás de este pensamiento sencillo y radical: Acción vs. Pensamiento.
Ai Weiwei es un artista que siempre se rodeó de controversias. El acto que lo llevó al centro de ellas fue “Caída de un jarrón de la Dinastía Han”:
La obra es la sucesión de fotos superior. Tres pasos en los que Ai Weiwei arroja una reliquia artística China. El jarrón que destruye tenía aproximadamente unos 2000 años de antigüedad y superaba unos cuantos cientos de miles de dólares. Para realizar esta obra de tres fotografías de 148 por 121 centímetros, Ai Weiwei rompió dos jarrones ya que la primer sesión de fotos no le dio el resultado esperado.
Ai Weiwei adquirió diversas reliquias a principios de los ‘90 para realizar estas acciones. Esta obra fue la segunda en su carrera en que utilizó urnas Han. La primera de ellas fue “Jarrón Han pintado con el logo de Coca-Cola”:
Estas obras se dieron en el regreso de Ai Weiwei a China en 1994, luego de vivir por más de 10 años en New York. Fueron el inicio de su fase dedicada a la transformación y la destrucción.
Esta fase fue vista con dos caras: una forma de continuar con el trabajo de artistas antiguos en una colaboración pseudo-atemporal; y por el otro lado, una apropiación indebida del trabajo de artistas que no podían de ninguna forma aprobar estas acciones. También podemos decir que estas obras fueron una forma de cuestionar su historia, cultura y tradiciones a través de la cultura del consumo.
“Caída de un jarrón de la Dinastía Han” enfureció a coleccionistas de antigüedades y protectores del patrimonio cultural chino. Pero el objetivo de Ai Weiwei era replantear los males heredados del régimen de Mao Zedong. Para él, esta obra representaba fielmente lo que el régimen comunista estaba haciendo a las élites culturales chinas. El argumento principal de Ai Weiwei era utilizar textualmente una frase del propio Mao:
La única forma de construir un mundo nuevo es destruyendo el antiguo.
Ai Weiwei provocó tanto al gobierno Chino (que monitorea celosamente el acceso a cualquier información relacionada con su historia) y al mundo del arte (mostrando el valor material y consumista que tenemos por las obras de arte).
Lo curioso es que al destruir el artefacto histórico, las imágenes se volvieron más valiosas que el objeto original. Una expresión artística que tuvo sus inicios con Marcel Duchamp y su “Fountain”:
Técnicamente, el mingitorio nunca vio la luz al público. La obra artística es la fotografía de arriba. Cuando Marcel presentó el mingitorio original para ser parte de una bienal, el jurado curador de la muestra lo destruyó alegando que un mingitorio jamás podría ser una obra de arte.
Los 77 años de diferencia muestran una misma forma de actuar ante el mainstream: Acción vs. Pensamiento.
El ready-made fue la crítica de Duchamp ante el incipiente conformismo de sus pares. Las fotografías de Ai Weiwei el comienzo de su crítica a la postura del gobierno Chino sobre la democracia y los derechos humanos.
Ambos tenían claro que una idea en acción vale mucho más que una idea en papel. Si bien las consecuencias de estas acciones fueron muy disímiles para cada uno, pudieron lograr su objetivo: plantear nuevas formas de ver la realidad.
Quizás Ai Weiwei contó su idea a su círculo de amistades y conocidos: “voy a romper una urna Han para demostrar que tenemos que crear un nuevo futuro”.
Seguramente no habrá logrado más que unas cuantas risas al contarla y un par de comentarios halagadores por su atrevimiento a pensar algo así.
Pero en el momento en que Ai concretó esa idea, fue cuando seguramente esas personas comenzaron a tomarlo seriamente y meditar sobre ese nuevo futuro que proponía. Porque un pequeño acto realizado entre dos personas con una urna y una cámara fotográfica vale más que un millón de ideas.
Aprieta el botón rojo, es solo una pequeña acción:
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Emma