El pasado miércoles me invitaron desde CENTRO para hablar sobre la irrupción de la inteligencia artificial en los procesos creativos. En la charla me acompañó Roberto Cabezas, Director de Tecnología Creativa en CENTRO.
Durante hora y media hablamos de cómo las herramientas de Inteligencia Artificial están rápidamente incorporando en el día a día de quienes nos dedicamos a la creatividad y la innovación. Desde la automatización y mejora de procesos, la simplificación de tareas a cómo nos ayuda a elevar nuestro trabajo a nuevos niveles de innovación.
De los 150 asistentes, debo decir que al menos 100 estaban reticentes de utilizar herramientas de IA. Las razones eran las viejas conocidas: miedo, desconfianza o simplemente no saber por dónde empezar. Ojalá hayamos convertido a muchos luego de la charla. Y como creo que está bueno que cada vez más utilicemos estas herramientas para poder potenciar nuestro potencial creativo, me tomé el trabajo de adaptar el mensaje principal de la charla en la presente edición de Creative Workout.
Para los suscriptores que aún no utilizan estas herramientas, espero motivarlos un poquito para que puedan adentrarse en este fascinante mundo.
La IA ha sido la tecnología de moda en este 2023. Y si bien la gran mayoría escuchó hablar de ella por los inmensos saltos que tuvo en generación de imagen y video (como el Papa Francisco y su fashion statement), tras bambalinas la conversación fue otra.
En el mundo de la IA hay dos grandes vertientes. Tenemos por un lado al Doomerism y por el otro al Accelerationism.
Como podrán ver, está el bando de “se pudre todo” compitiendo con el “seremos los mejores de la galaxia”. La causa del debate es concreta: ¿qué va a a pasar cuando la IA sea consciente de su existencia? ¿Cómo podemos crear sistemas de IA que no nos traigan problemas en el futuro cuando todo gire alrededor de ellos?
Hace unos cuantos años, el genial, único e inigualable Isaac Asimov escribió las tres leyes de la robótica:
Un robot no puede dañar a un ser humano o, por inacción, permitir que un ser humano sufra daños.
Un robot debe obedecer las órdenes que le den los seres humanos, excepto cuando tales órdenes entren en conflicto con la Primera Ley.
Un robot debe proteger su propia existencia siempre que dicha protección no entre en conflicto con la Primera o Segunda Ley.
Si bien suenan lógicas y a simple vista sin fallas, fueron escritas en 1942.
Piensen todo lo que cambió el planeta en los últimos 80 años y ustedes solos podrán responderse si podemos tener estas leyes como guía al día de hoy.
Para darles contexto y referentes a cada bando, para el equipo de “se pudre todo” les presento a Geoffrey Hinton, quien es considerado el Padrino de la Inteligencia Artificial.
Durante 10 años, Geoffrey lideró la división de Google Brain, a cargo de diseñar la IA de Google. Pero a principios de 2023 renunció a su puesto “para hablar libremente sobre los riesgos de la IA y expresar su preocupación por el mal uso deliberado por parte de actores maliciosos, el desempleo tecnológico y el riesgo existencial de la inteligencia artificial general.”
La IA podría dominarnos algún día si no se desarrolla de manera responsable.
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Pequeña aclaración, cuando escuchen hablar de Inteligencia Artificial General o AGI, esto se refiere a sistemas autónomos que superan las capacidades humanas en la mayoría de tareas económicamente valiosas.
Por el lado del equipo “ser los mejores” tenemos al ya archi-conocido Bill Gates.
En su artículo “The Age of AI has begun”, el querido Bill defiende el uso y crecimiento de la tecnología y sus beneficios para la humanidad.
Esta nueva tecnología puede ayudar a personas de todo el mundo a mejorar sus vidas.
Pero un actor muy importante en este debate, es Ilya Sutskever, Co-Fundador y Chief Scientist (Líder Científico) de OpenAI.
OpenAI es hoy la startup más importante del mundo en el desarrollo de IA. Con una valuación de USD80 Billones (sí, una suma absurda de dinero), esta startup desarrolló los productos más importantes del mercado: ChatGPT y DallE.
Pueden repasar lo que hablamos en Creative Workout sobre estas herramientas y OpenAI pueden pasar por aquí, aquí y aquí.
Para entender la posición de Ilya, tienen esta charla TED publicada hace unas semanas:
El tema es que Ilya como miembro del directorio de OpenAI, desató un escándalo en el mundo de las startups y la tecnología, al echar al CEO de la empresa Sam Altman.
Sama no era parte del directorio, pero como CEO logró convertir a la startup en la número uno del mundo llevandola de cero a billones de valuación en pocos años.
Al no tener voz ni voto en la decisión que transformó OpenAI en OpenConventillo, se dieron los siguientes sucesos:
La CTO es designada CEO interina.
Microsoft, su más grande inversor (49%), se entera por la prensa de la medida .
El presidente de OpenAI, Greg Brockman, renuncia en solidaridad con Sam Altman.
Sam Altman tuitea estar agradecido y feliz de haber pasado por la empresa 🤬.
Los empleados de OpenAI le tuitean corazoncitos ❤️ a Sam.
El sábado comienzan los rumores para que Sam vuelva como CEO.
El CEO de Microsoft, Satya Nadella, comienza a negociar con el directorio.
Las negociaciones terminan con Sam finalmente fuera de OpenAI y se designa un nuevo CEO interino.
El lunes Satya Nadella anuncia la incorporación de Sam y Greg a Microsoft.
Ese mismo lunes 650 de 700 empleados de OpenAI anuncian al directorio su renuncia 😵💫.
Satya Nadella anuncia públicamente que está dispuesto a contratar a las 650 personas que renunciarán 😳.
El martes, Ilya pide perdón por haber echado a Sam.
El miércoles Sam, Greg y todos los empleados de OpenAI tuitean felices de estar trabajando en la empresa. 🥳
Esto transformó a Sama en la persona más importante en el mundo de la IA. Porque en esos tres días de conventillo, montones de inversores, CEOs y quien se les ocurra, le ofrecieron lo que él quisiera para hacer una nueva startup de IA.
Y Sama dijo no a cada propuesta.
Dejando de lado los tires y aflojes, Sama es importante no por hacer explícita su situación sino porque entendió antes que nadie que la IA se encargaría de automatizar todo tipo de tarea repetitiva u operacional que día a día vivimos.
El 91% de las empresas poseen búsquedas laborales abiertas, requieren personas con experiencia en ChatGPT.
El 40% de los empleados dedica al menos una cuarta parte de su semana laboral a tareas repetitivas que la IA podría solucionar.
80% es la proporción de grandes empresas en 2021 que utilizan el aprendizaje automático o la IA en su negocio principal.
Antes de ChatGPT, un proyecto de IA requería una base de USD500k, más de 5 ingenieros de Machine Learning y un tiempo de monetización de al menos 2 años.
Hoy con una suscripción de USD20 y una persona que sepa utilizar la herramienta puede generar un proyecto monetizado en menos de 1 semana.
No entren en pánico. También hay buenos indicios:
Un nuevo estudio del MIT dice que las personas que usan ChatGPT son un 40% más productivas en comparación con quienes no lo utilizan.
Otro estudio comprobó que los consultores que utilizaron ChatGPT para resolver sus tareas entregaron un trabajo de mayor calidad que quienes no lo utilizaron.
Developers con GitHub Copilot pudieron completar dos veces más rápido su tarea que quienes no lo utilizaron.
Esto nos deja un claro mensaje:
La inteligencia artificial no reemplazará trabajadores, pero las personas que sepan utilizar inteligencia artificial sí lo harán.
La IA es un nuevo compañero de trabajo. Nos permite ser más creativos, más analíticos, más técnicos, más prolíficos, más efectivos, más productivos, más todo.
Tenemos que entender que este nuevo compañero laboral es más inteligente. Ya que está capacitado con toda la Internet, aprende increíblemente rápido, es altamente lógico, basado en datos y sin emociones al tomar decisiones, puede moverse entre dominios, funciones o disciplinas sin problemas, nunca te deja sin ideas, es infinitamente paciente y para mí lo más lindo: no se cansa ni se aburre.
¡Pero! A veces se la puede mandar: de vez en cuando comete errores sorprendentes, miente con tal de responder algo, tiene tanta confianza que no es difícil saber cuándo está inventando una respuesta o no, tiene prejuicios y puede funcionar muy bien hoy y pésimo mañana con una misma tarea.
Muy cerquita en el futuro habrá dos tipos de trabajadores, los aumentados con IA y los trabajadores de conocimiento. Unos podrán hacer las tareas más rápido, con mayor procesamiento de data, con menos stress y más opciones de resultados.
Los otros no.
Para quienes quieren potenciar su día a día, les doy unos consejos:
No usen una IA como utilizan Google: son terribles buscadores porque están programados para dar una respuesta a toda costa.
Conversen con los bots, hagan preguntas de seguimiento. Proyecten estar hablando con alguien y la conversación surgirá rápidamente.
Siempre pidan múltiples opciones y de ahí elijan con cual continuar, especialmente en los modelos de imagen o video.
Prueben varias herramientas y vean cuál les brinda mejores resultados. No todas funcionan igual, y unas son mucho más útiles que otras (mi recomendación ya se las brindé varias veces).
El camino es gradual, no intenten resolver todo de la noche a la mañana
con IA, busquen pequeñas tareas, acostúmbrense y luego pasen a otro nivel.
Y finalmente, si siguen con dudas de incorporar IA en su día a día, vean hacia atrás.
Cada vez que una tecnología surgió en la historia de la humanidad brindando mejoras en nuestra vida (sea cocinar, navegar o la internet), se adoptó.
¿Fue muy evidente que soy del Team “ser los mejores”?
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Emma