En los procesos creativos podemos tomar dos caminos: con y sin límites.
Cuando no tenemos límites de ningún tipo, podemos tener opciones de trabajo ilimitadas.
Cuando comenzamos un proceso con limitaciones, las opciones se reducen pero podemos transformar esos límites en oportunidades.
¿Un camino es mejor que el otro?
No, claro que no.
Son opciones que tenemos para poder encarar un proceso.
Los procesos creativos que comienzan sin límites generalmente son más largos o devienen de la consecuencia de los poco usuales arrebatos de inspiración. Momentos que surgen de tener la mente y percepción abierta a los estímulos que día a día recibimos.
Si bien la inspiración no suele ser frecuente, podemos llamarla al estar atentos a nuestro alrededor y provocar nuevos estímulos que nos tienten, que llamen nuestra atención.
Por otra parte, cuando ponemos límites y condiciones a un proceso creativo, el enfoque es concreto, direccionado.
Piensen en definir una paleta de colores antes de ponerse a dibujar. Un tempo antes de componer una canción. Dentro de esos límites, el proceso tiende a asemejarse a la resolución de un problema y las soluciones obvias son las primeras en descartarse.
Cuando tomamos esta decisión al comenzar, nuestra idea comienza a diferenciarse de procesos anteriores. Si bien volvemos a pintar un cuadro o componer una canción, los límites impuestos nos llevarán sí o sí por otro lado.
Un nuevo problema nos conducirá a una nueva solución.
Jerry Seinfeld se impone el límite de escribir sí o sí todos los días. Se encuentre inspirado o no.
Lars Von Trier ideó el Dogma 95. Una serie de 10 reglas para reducir la artificialidad en el cine.
Miyagi le impuso a Daniel San el límite de encerar y pulir para aprender movimientos básicos de Karate.
Yves Klein redujo su paleta a un solo color y así descubrió un tono que nadie había visto antes: el “International Klein Blue”.
Los increíbles cortos de “Un mundo sin…” nos llevan a imaginar universos enteros sin un elemento que utilizamos en nuestro día a día.
En un proceso creativo podemos encontrar reglas útiles e inútiles. No hay buenas ni malas. Asi que sólo debemos guiarnos por las que nos ayuden a crear el mejor trabajo posible. Las que nos desacomoden, las que nos desafíen. Aquellas reglas que nos pongan incómodos y nos saquen de nuestra zona de comfort. Porque es ahí, en esa incomodidad, donde podemos encontrar un camino que antes no transitamos.
¿Con qué idea están trabajando en estos momentos?
Para esta semana les propongo que se pongan límites para seguir trabajándola.
Reduzcan tiempos de desarrollo. De 10 días a 3.
Saquen herramientas del medio. Si escriben en computadora, háganlo en lápiz y papel.
Si tienen un presupuesto de 100, llevenlo a 10.
Limiten su proceso.
Rompan su ritmo normal.
Limiten su rutina.
Vean adónde les lleva.
Cualquiera sea la limitación que establezcan, el trabajo será diferente de lo que previamente realizaron.
No busquen que sea mejor. Su objetivo debe residir en autodescubrirse. En encontrar un camino que nunca antes recorrieron.
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¡Nos vemos en el próximo newsletter! 🤘🕵🏻
Emma