En las últimas semanas se habló mucho de la charla de Andrej Karpathy en AI Startup School de Y Combinator. La ví un par de veces y también la llevé para debatir en clases. En cada una de esas oportunidades, hubo algo que me hizo ruido. No por lo que dijo, sino por lo que no pudo terminar de decir.
🤔 Cuando los que lideran no logran describir lo que están viendo
Karpathy es una de las mentes top en el contexto de la inteligencia artificial moderna. Fue director de Inteligencia Artificial en Tesla, fue miembro fundador de OpenAI, y hoy está construyendo Eureka Labs.
La charla es la siguiente para quien la desee ver antes de continuar con esta edición.
Si prestan atención, verán que en su charla de a momentos parece desbordado por las implicancias de lo que él mismo ayudó a construir.
No es que no entienda lo técnico. Al contrario. Pero se notaba que lo que esta emergiendo frente a él y todos nosotros, ya no puede ser descrito con las categorías que tenemos a mano.
🤖 El software ya no se programa
Karpathy lo dijo así:
“Software is changing, again.”
Estamos dejando atrás el software estructurado, el que sigue reglas, el que se programa. Ahora el software se entrena. Es un comportamiento más que una función. Y eso, incluso para un experto, es un giro ontológico.
Si se quedan en la primera línea de lectura, verán que la charla habla de agentes, de nuevas formas de interacción, de la posibilidad de que la IA actúe con autonomía, de que estamos ante nuevos sistemas operativos, el slider de asistencia… Pero cada vez que intenta explicar cómo serán las interfaces del futuro, entra en dudas. No por falta de conocimiento, sino porque todavía no existe un marco claro para narrarlo.
En el entrelíneas es donde podemos encontrar:
Asombro técnico genuino
Karpathy reconoce que el nuevo paradigma (modelos que aprenden instrucciones y comportamientos desde lenguaje natural) es radicalmente distinto al enfoque tradicional de ingeniería de software. No se programa una función; se entrena un comportamiento. Y para alguien que viene de estructuras determinísticas, representa una ruptura total de su campo.
Reconocimiento implícito de límites explicativos
El título de la charla lo menciona varias veces. Sí, el software está cambiando otra vez, pero no termina de poder decir hacia dónde exactamente. Queda claro en frases como: “It’s early… but clearly something very powerful is going on.”
No hay un norte en lo que expresa. Insinúa que estamos ante una infraestructura generalista (como la electricidad o internet), pero no puede delimitarla narrativamente.Desfase entre comprensión técnica y comprensión social
Karpathy nos podría explicar hasta cómo funciona un Transformer, pero cuando intenta especular sobre sus efectos culturales, económicos o creativos, tambalea. Esa es la diferencia entre el tecnólogo y el teórico de medios. El campo se mueve más rápido que la capacidad de predicción.
👁️🗨️ ¿Y las interfaces?
En la charla deja claro que las próximas interfaces ya no se verán, se van a sentir.
No van a ser pantallas ni botones, sino conversaciones + contexto. En vez de navegar menús, vamos a decir:
“Me gusta el azul petróleo, quiero algo que se sienta japonés, minimalista, y que me muestre solo lo importante.”
Y el sistema va a generar esa interfaz, única, personalizada, efímera. No porque entienda estética, sino porque entiende preferencias, jerarquía y contexto.
Ya no vamos a diseñar interfaz gráfica. Vamos a diseñar direccionalidad emocional y funcional. El prompt se convierte en plano. El diseño se convierte en respuesta.
La estética del software se vuelve más etérea y menos usable. Las interfaces van a comenzar a abstraerse. El límite entre producto digital y persona física será cada vez más difuso. La inteligencia artificial es más que una herramienta: es una infraestructura para la emoción, la memoria y la identidad.
¿Cómo sigue lo que viene, cuando hoy podemos modificar nuestra propia memoria?
🧠 El hueco por llenar
Volvamos a la charla de Karpathy. El hueco que deja su charla no es un error, es síntoma de lo que viene. Es una disonancia de expertos, cuando quienes lideran el discurso técnico se enfrentan a una disrupción semántica. Ya no saben cómo explicarla. Y no porque les falte lógica, sino porque la nueva narrativa aún no existe.
Estamos viendo que el hardware mental del experto no escala tan rápido como el software generativo que él mismo ayudó a construir. Es una tensión que nos muestra que no hay gurús que tengan todas las respuestas.
Esta es una oportunidad buenísima para las personas que puedan nombrar lo que todavía no tiene nombre. El espacio para nuevos marcos narrativos está más abierto que nunca. Para aquellas que pueden narrar lo que los ingenieros apenas alcanzan a describir.
Es el momento de la intuición creativa y para quienes puedan dirigir sentido en el caos generativo.
Si vos también viste el hueco en la charla, no estás atrás.
Estás justo en el centro del desconcierto.
Es un lugar mucho más formado que el mirar con asombro. Porque nos permite tener contexto y presencia. Nos da el tiempo justo para pensar en las nuevas formas de trabajar, de crear, de decidir.
Si algo estamos aprendiendo en esta era es que no se trata de saberlo todo. Se trata de saber mirar lo que aún no tiene forma.
Y desde ahí, construir lo que vendrá.
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Emma